Ya no son los de siempre, aquellos con grandes managers y agencias multimillonarias detrás, los que llenan pabellones deportivos y estadios. Puede que mucha gente lo sea, pero no todos somos estúpidos borreguitos siguiendo a la estrellita de turno allá por donde vaya, se llama como se llame y haya salido de donde haya salido. También estamos los que, por encima de todo, valorarmos el esfuerzo, la calidad, el saber hacer y sobre todo, la autenticidad de la música. Y para auténticos, estos.
"Los del pelo largo y el ruido ensordecedor, los de siempre, los borrachos, corazón de rock and roll"
El cuarteto más famoso de Reinosa, y de Cantabria, La Fuga, reventó ayer de nuevo el Palacio de los Deportes de Madrid, por segunda vez en un año, algo al alcance de muy muy pocos. Estos cuatro llevan partiéndose la cara por las carreteras españolas más de 12 años, luchando concierto a concierto por llevar sus canciones a la gente. Son cuatro chavales (cada vez más viejetes, todo hay que decirlo), que no tienen mayor pretensión que tocar, pasárselo bien y hacer que los que van a sus conciertos se diviertan, bailen, se rian y se emocionen. Sin premios pagados, sin números 1 en listas compradas, sin promociones escandalosas, el mejor premio que tienen La Fuga es ese público que le sigue fielmente desde hace tanto tiempo, y que cada vez es más grande. Un público que encuentra en sus letras un reflejo de sus propios sentimientos, emociones a flor de piel. Escuchar un disco de estos cántabros es como leer el diario de un tio cualquiera, sin exageraciones, sin dramatismos, verdades como puños convertidas en poesía a pie de calle.
He tenido la inmensa suerte de verlos dos veces en concierto, en sus dos últimas giras, cuando vinieron a Sevilla. Y seguramente son dos de los conciertos en los que mejor me lo he pasado. Destilan autenticidad por todos los poros, se creen lo que cantan porque lo sienten, y así es fácil que los que estamos debajo, cantando, lo sintamos también. Y siempre los he considerado un ejemplo a seguir. Un grupo que ha conseguido todo lo que tiene por su trabajo, por su calidad, por su perseverancia y por sus cojones. Y siguen con la misma actitud de cuando empezaron, orgullosos de sus raíces, de su Reinosa, de sus fábricas y de sus familias. Y de los éxitos que estan consiguiendo en estos últimos años. Porque se los merecen más que nadie.
Sedatefobia 